La representación del cuerpo de la mujer en el imaginario simbólico cristiano ha ocupado habitualmente dos posiciones extremas: máxima exaltación y máxima degradación, lugar de santidad o lugar de pecado, virgen o prostituta. El cuerpo de María, «la Virgen», como madre de Cristo, obtiene una consideración excepcional. La liturgia se dirige a ella como «Tú […]