Un programa de recuperación basado en ocho principios de las bienaventuranzas: 1. Reconozco que no soy Dios. Admito que no tengo poder para controlar mi tendencia a hacer lo malo y que mi vida es inmanejable. Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece. (Mateo 5:3) 2. En una forma […]